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Lola Gracia

Vivir en el filo

Navidades calientes

 Nueva forma de llevar el muérdago para no perderse ni un beso
Se aproximan las fiestas y con ellas algunas encuestas absurdas sobre los hábitos sexuales de los españoles. No sé cómo se lo montará la agencia de contactos Ashley Madisonpara que la gente conteste a semejantes tonterías. Veamos. Cuando uno va a casa de los suegros en lo último que piensa es en echar un quiqui. Vamos, que si la cosa aprieta y no hay más remedio, se puede hacer con el morbo añadido de que nadie te pille. Pero según esta agencia, el 60% de los españoles ha tenido o espera tener relaciones sexuales en las casas de las familias políticas esta navidad. No sólo eso, sino que al 84% de los hombres lo que les pone es utilizar el cuarto de la infancia de ella, desterrar los peluches y llenar el edredón infantil de juegos y perversión. Que queréis que os diga, me da cierta grima. Imagínate: la Nancy, el Baby mocosete; el platito de “Te quiero, mamá” y tú sudando la sidra entre gemidos y gritos con silenciador. Esto no me pone nada. De hecho, nosotras somos más de cuarto de invitados.
La empresa de contactos también pregunta si ellos ven porno durante las fiestas con los cuñados pegados al lomo. La respuesta es sí: hasta un 79%.  Es más, la encuesta revela que ellos disimulan y se ponen al vicio en cuanto los padres de ella se despistan y que el 71% utiliza una tablet para tal fin.
Con estas cifras, bien parece que los españoles son todos unapanda de sátiros incapaces de estar tres días en casa de los parientes sin dejar de pensar en lo único por un momento y concentrarse en el pavo, las tortas de pascua, el discurso del rey Felipe VI o las viejas discusiones y rencillas familiares, que nunca faltan en ninguna reunión que se precie. Vistas así las cosas, los encuestados de Mashley Adison hasta me caen bien, incluso los hay que piensan en montárselo con la cuñada. Jesús. No lo entiendo. Quizá tenga una moral de mari castaña pero es que jamás de los jamases le he encontrado el más mínimo sex appeal a la figura del cuñaaooo.
Es cierto que sí pone hacer el amor en sitios diferentes, cambiar de entorno. Mis seguidores de Facebook, con su generosidad habitual me han contado los sitios raros donde se lo han montado con alguien que les gustaba, incluso con su pareja de toda la vida. Los hay que han pasado por el backstage, otros por el ineludible cuarto de baño de un garito, la providencial arena de la playa y el mar, y el clásico huerto.
Los conciertos dan mucho juego. Algunos lo han hecho en medio de una canción de Simple Minds o de Alejandro Sanz, e incluso escondidos tras la tramoya de un recital clásico de piano. Ay, bendito!.Imagino los silencios. Los del pianista y los de ellos porque, anda que no hay que contenerse en casos así.
No falta la proverbial mesa de oficina en plan “El cartero siempre llama dos veces”. Los hay osados que  se apuntan meterse mano entre las ruina; los hay experimentales que mezclan los fluidos con los vinilos y tipos de una vieja imprenta y los que regresan al bucólico pajar para montárselo entre panochas.

 

Total, que los encuestados de Ashley Madison me resultan sosos al lado de mis intrépidos seguidores de FB  ¡¡Y que algo tan elemental como hacerlo bajo las lucecitas del árbol de navidad no se le ha ocurrido a nadie!!. A mi sí. Es un viejo sueño, quizá me lo conceda el viejo Santa Claus.

Temas

Relaciones, amor, vida. Lo que de verdad importa

Sobre el autor

Periodista por la Universidad Complutense de Madrid, escritora y gestora cultural. Investigadora de las relaciones humanas. Máster en sexología por la Universidad de Alcalá de Henares. Desarrollo trabajos como directora de comunicación


diciembre 2014
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